martes, 6 de mayo de 2014

Crónica de Una Muerte Anunciada



Tertulia "Club de Lectura Asociación Juana Martos"
 26 Mayo. 19:00h  
En la sede de la Asociación. 


Crónica de una muerte anunciada

 “El día en que lo iban a matar, Santiago Nasar se levantó a las 5.30 de la mañana para esperar el buque en que llegaba el obispo. Había soñado que atravesaba un bosque de higuerones donde caía una llovizna tierna, y por un instante fue feliz en el sueño, pero al despertar se sintió por completo salpicado de cagada de pájaros. «Siempre soñaba con árboles», me dijo Plácida Linero, su madre, evocando 27 años después los pormenores de aquel lunes ingrato."

Así comienza esta increíble novela, contándonos el final desde el primer párrafo, y con el sueño premonitorio del protagonista, sueño que supone una de las primeras pinceladas del  realismo mágico que impregna toda la novela. Solamente un genio de las letras como es Gabriel García Márquez es capaz de conseguir mantener nuestro interés en una historia en la que desde el inicio nos desvela su final. Todos sabemos que Santiago Nasar murió y aun así continuamos leyendo, siguiendo de manera casi agónica los diferentes testimonios que nos narran sus últimas horas, y con la extraño deseo de que se salve a pesar de que sabemos que ya está muerto.

 Al igual que en “Cien Años de Soledad”, Gabriel García Márquez logra sumergirte casi sin darte cuenta en el universo de su novela, en las formas de percibir, pensar y actuar de las gentes de sus pueblos, de manera que llegas incluso a sentirte un miembro más del pueblo. Al finalizar sus novelas, tienes la sensación de conocer profundamente a todos los personajes. Creo que no habrá persona que haya leído “Cien Años de Soledad” que no sonría al escuchar nombrar a la “familia Buendía” o acuda a él un sentimiento nostálgico al escuchar “Macondo”. Y creo que a partir de ahora al escuchar “Acataca” sentiremos la agonía de una muerte anunciada, o mejor dicho, el sentimiento de haber podido hacer algo por evitarlo y no haberlo hecho. Y esto solamente lo logran los grandes genios de la Literatura Universal, como es Gabriel García Márquez.

Se trata de una novela poco convencional, en la que no se pretende averiguar quién es el asesino o cómo se perpetró el asesinato, eso lo sabemos casi desde el inicio, sino que nos presenta la historia de un crimen condenado a materializarse, incluso, a pesar de que los propios autores no desean llevarlo a cabo, como muestra el hecho de que el escenario elegido para perpetrar el asesinato sea la plaza principal del pueblo o que pasen horas diciéndoselo a todos. Se trata de un crimen en el que casi todo el mundo sabe que va a ocurrir pero nadie hace nada por evitarlo, unos porque creen que es un rumor, otros porque consideran incapaces a los autores de llevarlo a cabo, y los pocos que desean impedirlo por vicisitudes del destino no llegan a tiempo. En definitiva, se trata de una historia en la que parte de la sociedad se hace cómplice de algo terrible por quedarse inmóvil ante ello, algo que por desgracia es muy común en nuestra sociedad actual.

Nuestro pequeño homenaje a una de las mejores plumas de la literatura universal que por desgracia nos abandonó hace unos meses, Gabriel García Márquez, culminó con el visionado de la adaptación al cine de esta novela realizada por Francesco Rosi (1978).
Terminaremos esta entrada presentando el libro que nos deleitará este mes y quien mejor para presentarlo que su propio autor, Manuel Vicent: Este relato no es exactamente una biografía de Jesús Aguirre, sino un retablo ibérico donde este personaje se refleja en los espejos deformantes del callejón del Gato, como una figura de la corte de los milagros de Valle-Inclán. Medio siglo de la historia de España forma parte de este esperpento literario (…)

Y como siempre no podemos despedirnos de ustedes sin animarles a que nos acompañen en la lectura de este nuevo libro, y por supuesto, a compartir con nosotras y nosotros sus reflexiones en la tertulia que tendrá lugar en la sede de la asociación el 23 de Junio a las 19:00 horas. ¡Os esperamos!
                    
 Por Mª José J. G